¿Cómo podemos ser más felices? Según la ciencia

Se le da el nombre de cuarteto de la felicidad a un grupo de hormonas que están relacionadas con la sensación de bienestar. Cada una cumple un papel y hoy queremos contarte qué puedes hacer de manera consciente para aumentar su nivel.

El cuarteto de la felicidad es el nombre que se le da a las cuatro hormonas asociadas con el sentimiento de bienestar. Estas son: endorfina, serotonina, dopamina y oxitocina. Tienen en común el hecho de que todas ellas participan en esa sensación que conocemos como “estar felices”.

El ser humano no es solo un coctel bioquímico, pero también lo es que los sentimientos y las emociones tienen una base biológica. Se podría decir que el cuarteto de la felicidad es el referente físico de la alegría y del gozo.

Cada uno de los integrantes del cuarteto de la felicidad cumple un papel específico. No funcionan de forma simultánea, sino que cada cual cumple su papel. Sin embargo, todos contribuyen a que nos sintamos optimistas y alegres. El punto es que vale la pena conocer el rol que desempeñan y de qué manera puede estimularse su producción. Veamos.

Las endorfinas

Las endorfinas son uno de los componentes del cuarteto de la felicidad. Fueron descubiertas hace más de 40 años y se les considera un analgésico natural. Esto es, una sustancia capaz de reducir el dolor físico en función de una euforia que, en todo caso, suele ser pasajera.

Hay varias maneras de estimular la producción de endorfinas, pero sin duda alguna la más curiosa es comer picantes. Un estudio de la Universidad de Oxford, dirigido por el profesor Robin Dunbar, señala que ver películas tristes también incrementa estos químicos. Cantar, bailar y trabajar en equipo son otras formas de aumentarlos.

La serotonina

La serotonina genera un sentimiento de felicidad por una de las vías más interesantes. En pocas palabras, este neurotransmisor te genera la sensación de ser importante o valioso. Como quien dice, incrementa tu sentimiento de amor propio y eso contribuye a que te sientas mejor de forma global.

La forma más sencilla de aumentar la serotonina es acudiendo a los recuerdos felices. La evocación de los buenos tiempos o de los hechos agradables es suficiente para que haya cambios químicos en el cerebro. Hacer ejercicio aeróbico, exponerte a la luz del sol y recibir masajes son otras vías para incrementarla.

La dopamina

La dopamina es una hormona a la que se define como “mediadora del placer”. Está relacionada con el surgimiento del deseo y con la motivación. Por supuesto, la falta de dopamina hace que te sientas apático, con la sensación de que no tienes ganas de hacer ni de planear. Esta sustancia también aparece en el enamoramiento.

Este neurotransmisor se hace presente cuando inicias algo y cuando lo culminas. También aparece cuando tienes pequeños logros, como conseguir un buen lugar en una fila o gastar menos tiempo del previsto en algún trámite. Por eso, para elevar el nivel de dopamina, nada mejor que fijarte pequeñas metas y lograrlas. No olvides celebrarlo cada vez que lo hagas.

La oxitocina

La oxitocina es quizás el miembro más célebre del cuarteto de la felicidad. De hecho, muchos la llaman “la hormona de la felicidad”, aunque también recibe otros nombres sugestivos como “la hormona del abrazo” o “la hormona del afecto”.

Esta hormona se eleva cuando te sientes reconocido, aceptado e incluido. Por supuesto, también está presente cuando sientes que te aman. Esto, a su vez, te provoca un sentimiento de confianza, seguridad y optimismo.

La oxitocina se incrementa con los abrazos de más de 20 segundos. Así mismo, un regalo hace que suba su nivel. Las manifestaciones de afecto, en general, llevan a que aumente la hormona y te sientas en medio de nubes rosa.

Fórmulas para todo el cuarteto

El cuarteto de la felicidad es sensible a algunas prácticas sencillas, que en conjunto aumentan tu sensación de bienestar. La primera de ellas es dormir lo suficiente y descansar de forma periódica. El cansancio y la fatiga influyen de forma negativa en todas estas sustancias.

La risa es otra fórmula mágica para que todos esos neurotransmisores fluyan alegremente. Obviamente hablamos de una risa sincera, no de aquella que se tiene que fingir cuando el jefe hace un chiste malo.

Hacer el amor es otra forma de tener estos neurotransmisores a punto. Hay que poner énfasis en “hacer el amor” porque tener sexo no siempre genera ese bienestar superlativo. Mimar a tu mascota, besar e intercambiar caricias, son otros caminos para que se ponga en marcha el cuarteto de la felicidad.

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