Qué es el «phubbing» y cómo afecta nuestra sociedad

Vivimos en una sociedad conectada. Queramos o no, los dispositivos móviles han pasado a ser parte de nuestro día a día como un complemento más. Y, aunque es cierto que nos facilitan la vida, el problema está en el uso que hacemos de ellos. Tanto es así, que ha surgido un término que define nuestra adicción a los smartphones y nuestra manía de ignorar al que tenemos delante por estar prestando atención a esa pequeña pantalla. A esto lo llamamos phubbing o «ningufoneo».

¿En qué consiste el phubbing?

Esta palabra surge de la combinación de los términos ingleses phone (teléfono) y snubbing (ignorar). Podría definirse como la acción de desatender a las personas que nos rodean y a nuestro propio entorno por estar utilizando el móvil. Este comportamiento se está convirtiendo en un acto muy común, no solo en adolescentes y niños, sino también en adultos.

No somos realmente conscientes de los peligros que supone pero, el «ningufoneo», perjudica el desarrollo social y afectivo. Una sonrisa no se puede ver reemplazada por emoticonos, al igual que una conversación no es lo mismo a través de una pantalla que en persona. Los smartphones nos facilitan la comunicación pero no pueden sustituir las verdaderas relaciones e interacciones. La falsa sensación de compañía aísla a la persona de su entorno, alejándola de los demás

Ansiedad social, aislamiento y dependencia

La compulsión por revisar las notificaciones del celular se ha potenciado a raíz de la relación tan cercana que tenemos con éste. En la actualidad, el phubbing se ha hecho tan presente en los entornos sociales que, incluso, se considera de mala educación mirar el teléfono mientras se está en una reunión con otras personas. Aún así, sigue sucediendo, como en acto reflejo. El hecho de que afecte nuestras relaciones sociales pasa a un segundo término.

¿Qué consecuencias supone?

La mera presencia del móvil sobre la mesa o mientras mantenemos una charla puede reducir la percepción de cercanía, confianza y calidad de la conversación. En pareja, en familia o con nuestros hijos, cuidar la comunicación puede asegurarnos una buena relación. Por eso, es importante que estemos atentos a nuestro consumo del teléfono y nos aseguremos de que no nos roba tiempo para hacer cosas juntos o hablar sobre el día a día.

El phubbing no es solo una cuestión de mala educación, es que detrás de ese comportamiento adictivo, nos encontramos con consecuencias nocivas:

  • Adicción
  • Reducción de la capacidad de concentración y atención
  • Timidez. Dificultad para enfrentarnos a situaciones sociales que nos intimidan
  • Bajo rendimiento escolar o laboral
  • Estado psicológico inestable con dificultad para enfrentarse a emociones
  • Aumento de sensaciones como la ansiedad, soledad e, incluso, depresión
  • Poca destreza con las relaciones sociales (familia incluida)
  • Descuido de otras rutinas como comer a una hora prudente o dormir

¿Cómo evitar el phubbing?

Aunque al principio os resulte complicado, seguir estas sencillas normas os ayudará a afianzar relaciones, a promover las conversaciones en persona y a ganar confianza con vuestros hijos. Los jóvenes copian pautas de comportamiento, por lo tanto nosotros como padres debemos ser un ejemplo a seguir. Si aprendemos a desconectar del teléfono, ellos lo harán también. Os dejamos con algunos trucos que os pueden ayudar a conseguirlo:

  • Dejar el móvil en otra habitación y en silencio cuando estás disfrutando de la compañía de los tuyos
  • Marcar unos horarios para realizar un consumo responsable
  • Prohibir su uso durante la comida
  • Confiscarlo durante el estudio y la realización de tareas escolares
  • Fijar normas sobre cuándo y dónde usarlo
  • No permitir su utilización en reuniones familiares
  • Promover el aprendizaje de manejar y solucionar conflictos frente a frente
  • Apagar los dispositivos durante la noche y no usarlos justo antes de irse a dormir

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