Mujer empoderada: saca a la líder que llevas dentro

El concepto de empoderamiento femenino se ha extendido en los últimos años en muchos ámbitos, desde el seno de las empresas hasta los platós de Hollywood. Pero, ¿sabes bien qué es ser una mujer empoderada y, más importante aún, cómo puedes convertirte en una de ellas? 

Aunque la idea del empoderamiento femenino ha estado presente a lo largo de la historia, representada por todas esas mujeres que se enfrentaron a los cánones establecidos y lucharon por la igualdad efectiva, el término en sí es relativamente reciente. De hecho, se adoptó en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer que se celebró en Pekín en 1995 con el compromiso de los países de impulsar un cambio a favor de los derechos de las mujeres.

5 características de una mujer empoderada

Ahora bien, en la consecución de este reto también cobran especial protagonismo las propias profesionales y mujeres empoderadas que abanderan con sus acciones la lucha por la igualdad.

Pero, ¿Qué es exactamente una mujer empoderada? Según la Real Academia Española, empoderar significa “dar a alguien autoridad, influencia o conocimiento para hacer algo”. Por tanto, el empoderamiento femenino representa esa toma de conciencia, tanto a nivel individual como colectivo, de que las mujeres tienen esa capacidad de ser dueñas de sus propias acciones, de tomar acciones y, en definitiva, de liderar su vida. 

Existen una serie de cualidades por las que reconocerás a una mujer empoderada:

  • Desarrollan su propio estilo de liderazgo. Ser una mujer empoderada no significa repetir los patrones de liderazgo tradicionalmente masculinos, sino que estas profesionales son capaces de encontrar su propia forma de inspirar y motivar al resto.
  • Saben comunicar. Dentro de las habilidades de liderazgo del empoderamiento femenino, destacan la comunicación, la negociación y la persuasión. La mujer empoderada es capaz de transmitir su mensaje y hacerse entender.
  • Son influyentes. La mujer empoderada influye en su entorno. No solo cuenta con las aptitudes profesionales para diseñar su propio camino, sino también con la actitud necesaria para contagiar su empoderamiento a todos los niveles y convertirse en un referente. 
  • Apuestan por la innovación. Para conseguir este respaldo, la mujer empoderada asume la responsabilidad de crear un cambio, de salir del rol tradicional que la sociedad le ha asignado y explorar caminos innovadores, tanto en su forma de actuar como en sus proyectos laborales.
  • Promueven el empoderamiento femenino. Al ser consciente de las vicisitudes y obstáculos a los que se enfrentan muchas mujeres trabajadoras, la mujer empoderada no busca competir o compararse con otras, sino que lucha por eliminar esas barreras e invita a otras profesionales a seguir su estela.

Ejemplos inspiradores de empoderamiento femenino

Muchas profesionales de todos los tiempos son referentes del empoderamiento femenino: grandes investigadoras, como Rosalind Franklin (madre de la cadena de ADN) o Marie Curie (descubridora del radio y el polonio); defensoras de la igualdad entre hombres y mujeres desde la política, como Emmeline Pankhurst o Clara Campoamor, y artistas o creadoras, como Frida Kahlo o Coco Chanel.

Un ejemplo contemporáneo más cercano es el de Michelle Obama. La ex primera dama se erige como un referente global del empoderamiento femenino gracias a sus palabras, discursos y acciones.

En los países con menos recursos, también hay claros ejemplos del empoderamiento de la mujer. Uno de ellos es Malala, la activista pakistaní que en 2014 ganó el Premio Nobel de la Paz por su defensa de los derechos civiles, especialmente los de las mujeres.

A nivel empresarial, un ejemplo inspirador es Sheryl Sandberg, directora de operaciones de Facebook, quien aprovecha cada oportunidad para resaltar la necesidad de incorporar mujeres en todos los niveles profesionales.

7 consejos para empoderarte a ti misma

¿Quieres seguir sus pasos? Existen una serie de pautas que puedes llevar a cabo para trabajar tu propio empowerment y convertirte en una mujer empoderada:

  1. Conócete a ti misma. Lo primero que debes hacer es analizar quién eres y cuáles son tus aspiraciones. Solo conociendo tu punto de partida y tu meta podrás adoptar las decisiones oportunas para alcanzarla. Tener un objetivo bien definido, saber claramente  por qué y para qué quieres conseguirlo será tu mejor motor para avanzar.
  2. Plantéate metas a corto y largo plazo. Los objetivos demasiado ambiciosos tienen el riesgo de que te hagan perder la motivación y fuerza de voluntad al ser más difíciles y lentos de lograr. ¿Qué puedes hacer para evitarlo? Además de fijar metas a largo plazo, divídelas en pequeños hitos que puedas ir superando poco a poco y te permitan sentirte satisfecha y enfocada.
  3. Sal de tu zona de confort. Una mujer empoderada no tiene miedo a asumir nuevos desafíos. Sal de tu zona de confort cuando tengas la oportunidad y comprueba cómo vas venciendo tus miedos y vas adquiriendo una experiencia nueva que te ayudará a abrir muchas puertas y a valorarte cada vez más.
  4. Construye una red de contactos. En este camino hacia convertirte en una mujer empoderada no estás sola. De hecho, una de las cualidades del empoderamiento femenino es el apoyo mutuo. De ahí que sea muy útil hacer networking y entablar relaciones con otras profesionales en tu misma situación o líderes consolidadas para compartir experiencias, conocimientos y consejos.
  5. Sé tú misma. Está bien buscar inspiración o apoyo en otros casos de liderazgo efectivo, pero no olvides ser auténtica y guiarte por tus valores y propósitos. Solo creyendo en tus objetivos y actuando de forma independiente conseguirás avanzar en este camino.
  6. Trabaja tu autoconfianza. Eres lo que crees, por lo que debes reforzar la seguridad en tu potencial sin caer en la banalidad. Por eso es tan importante desarrollar la confianza en ti misma, una cualidad que puedes ir ganando a través de la mejora de habilidades en los ámbitos personales y profesionales.
  7. Capacítate. No hay mejor manera de aumentar la autoconfianza que mediante la formación, ya que te permite reforzar tus fortalezas y minimizar tus debilidades. El hecho de adquirir nuevas competencias te permitirá sentirte preparada para enfrentarte a nuevas etapas profesionales y rediseñar tus límites. Dicho esto, apostar por el lifelong learning o aprendizaje continuo es una gran opción.

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