Deseamos que nuestro paso por este mundo sea de disfrute y de bienestar.
Por ello, muchas personas se esfuerzan por encontrar la satisfacción y felicidad sin saber cómo y dónde encontrarlas. Pasan la vida deseando, intentando y luchando contra corriente para tener lo que quieren y parece que por más esfuerzo que se haga no lo consiguen.
El proceso de vivir de forma inteligente
Aprender a vivir de manera inteligente no es algo que suela formar parte de la educación formal en la escuela, ni de la educación informal en el seno familiar.
Sin embargo, es fundamental para poder llevar una vida de bienestar y de disfrute. Pero… ¿Qué es vivir una vida inteligente? ¿Y qué es lo que nos lleva a vivirla?
La repuesta ante esta interrogante lo ponemos en un ejemplo:
La historia de «Carla»
Ella es soltera, tiene 30 años, trabaja en una empresa desde hace 8 años, y aun cuando en un principio fue de enorme la satisfacción de conseguir ese empleo, en la actualidad no tiene el ánimo de levantarse para ir a trabajar cada mañana. Además, gran parte de su día vive para su trabajo, pues en muchas ocasiones trabaja más de 10 horas diarias.
Con respecto a su vida personal, tiene planes de contraer matrimonio. Ama a su novio Erick; sin embargo, no está totalmente convencida de querer casarse pero desde hace mucho tiempo su prioridad era formar una familia y sabe que Erick es el hombre con el que quiere formar esa familia. No obstante, tiene miedo de esta nueva etapa, y esto le genera inseguridad.
Un día, Carla sintió un impulso por salir más temprano de su trabajo, y fue al parque que está cerca de su casa. Ahí se sentó, y empezó a reflexionar sobre sus tres décadas, y le vinieron muchas imágenes de lo ocurrido en su vida, muchas de ellas con felicidad. Sin embargo, se dio cuenta de que gran parte de su vida la ha vivido con inseguridades y trabajando para alcanzar un mejor futuro, pero cuando parecía que había llegado a la meta, no se sintió totalmente satisfecha, y ahora que está a punto de casarse, reflexiona sobre si realmente es lo que quiere hacer.
Justo en ese momento, una señora de aproximadamente 70 años que estaba alimentando a las palomas saluda a Carla, y empiezan a conversar. La mujer, llamada Lucía, le cuenta cuánto disfruta esos momentos en los que va a alimentar a las palomas. Carla se sorprende al ver a esta mujer radiante de felicidad y le parece inconcebible que su motivo de felicidad en ese momento fuera estar en un parque alimentando aves.
Lucía le pregunta a Carla: ¿A ti qué te hace feliz? Carla no entiende cómo, pero en ese momento, ella se siente con la confianza de hablar a pesar de que es muy reservada y no habla de sus sentimientos y emociones con nadie, pero en ese instante siente la necesidad de expresar lo que siente. Y le dice a Lucía que realmente no sabe lo que le hace feliz, que lleva meses viviendo en automático, y que en realidad no recuerda una etapa en su edad adulta en la que sea haya sentido satisfecha de su vida. Con una mirada de compasión, Lucía le dice que la comprende. En ese momento Carla no se explica por qué siente un gran alivio, y experimenta un sentimiento que la reconforta.
Lucía le explica que sabe de lo que habla, pues ella vivió algo muy parecido. Lucía le dice a Carla:
«Mi vida no siempre fue como ahora, que la vivo intensamente, disfrutando y valorando cada día. Yo viví la mayor parte de mis años sin encontrar el sentido a mi vida; tenía a mi familia, mi esposo, mis hijos, pero las preocupaciones económicas nos llevaban a mi esposo y a mí a esforzarnos día y noche para sacar adelante los gastos. Pasaba poco tiempo con mis hijos, y cuando estaba con ellos mi cansancio y a veces mi desesperación eran tan grandes que fácilmente perdía la paciencia y terminaba gritándoles, y eran muy pocas las veces que me veían tranquila. Y yo pensaba: si tuviéramos el suficiente dinero y tiempo, nuestra vida sería diferente.
Ejemplo de vivir inteligentemente
Un día llegó mi esposo con la noticia de que en el proyecto en el que estaba trabajando con tanto esfuerzo finalmente dio resultado, una empresa muy importante lo contrató. Sentimos una gran alegría y festejamos ese momento tan importante, pues por fin la escasez financiera era cosa del pasado, y eso no era todo, yo podía dejar de trabajar y dedicarme por completo a mis hijos.
El gusto me duró unos días, tal vez un par de semanas. Nuevamente empecé a ser poco tolerante con mis hijos, no tenía ánimos de hacer nada… Los problemas financieros se habían ido; el tiempo lo tenía, pero no sabía qué hacer con él, y lo único que esperaba era que se hiciera de noche para irme a la cama, no le encontraba sentido a la vida.
A mi esposo apenas lo veía, y cuando estábamos juntos las discusiones se repetían una y otra vez. Hasta que un día me encontré con una amiga a la que hacía muchos años no veía. Comenzamos a conversar de todos esos años en los que no nos habíamos visto y por primera vez expresé a alguien todo lo que tenía dentro de mí y ni siquiera yo sabía hasta que hablé con ella.
Me di cuenta de que la vida no se trata de lo que tienes, sino de lo que haces con lo que tienes. Yo aparentemente tenía todo lo que deseaba, un esposo que amaba, mis hijos, y también llegué a tener la libertad financiera con la que muchos sueñan.
Ella me dio algunos consejos que desde entonces cambiaron mi vida y me gustaría compartirlos contigo, sé que te ayudarán como a mí. He aprendido que vivir inteligentemente no solo hace la vida más fácil, sino que facilita que la podamos disfrutar plenamente; esto no significa que no tenga situaciones desafiantes, pero ahora veo más hacia las soluciones y no me quedo en el problema.
Estos son los consejos que tomé de mi amiga:
- No te lamentes por lo que no tienes, agradece por lo que tienes.
- La persona más importante de tu vida eres tú, si quieres estar bien con la gente que amas, valora tu vida y cuídala.
- Conoce tus verdaderas pasiones, te llevarán a conocer tus talentos.
- Aprende algo nuevo cada día, algo que te lleve a ser una mejor persona.
- Perdona a quienes te han ofendido consciente o inconscientemente, el rencor es una carga muy pesada y no hay razón para cargarla.
- Duerme lo necesario, come sanamente, realiza una actividad física que disfrutes.
- Tómate el tiempo de relajarte, meditar, escucha música que te anime; y si te gusta bailar o cantar hazlo.
- Date la oportunidad de conocer nuevos lugares; no necesitas recorrer largas distancias para descubrir sitios hermosos y gente fabulosa.
- Cuando lleguen las dificultades hay dos caminos, darte por vencido y sentirte una víctima de las circunstancias o confiar que eres capaz de enfrentarlas y salir más fuerte.
- Si no quieres perder el control de tu vida, suelta el control de aquello que no te es útil controlar».
Carla estaba sorprendida de lo que estaba escuchando, y no solo eso, sentía como si algo que estaba dormido en ella estuviera despertando. Su mirada se iluminó, su postura cambió; ella se sentía diferente, fue como si muchas cosas de las que se cuestionaba recientemente estuviera encontrando respuesta.
Sin pensarlo, abrazó a Lucía, y fue caminando a su casa, con un sentimiento que nunca había experimentado. Se sentía confiada y segura, y enseguida anotó en una libreta los consejos de Lucía; no quería olvidarlos y se propuso hacerlos parte de ella cada día.
Conclusión
Es posible que tú estés pasando por momentos difíciles y sientas afinidad por situaciones similares a lo que Carla o Lucía vivieron en algún momento.
Tú también puedes darle un giro a tu vida. No sigas malgastando tu energía en lo que no te aporta, úsala inteligentemente para vivir una vida de calidad, que aporte bienestar.